Conversación entre Eva e Irene en-preparando el regalo de Irene a Sonia:
– Eva: ¿Qué le podemos dibujar a Sonia?
– Irene: Algo celta. ¡Le chifla!
– Eva: y ¿de qué color la camiseta?
– Irene: Morada
– Eva: ¿Qué le escribimos?
– Irene: … Tu explendías muy sola …
Tú esplendías muy sola. Cuando hablabas
la soledad dormía en tu silencio.
Eras bella y lejana,
inmóvil vela abierta,
muda en el horizonte,
ansiosamente siempre deseada,
sin poder llegar nunca hasta la arena.
Yo te quise, te quise. Pero eras
luz inasible, inalcanzable. Huías
último dulce sol, perdido rastro
en la raya del mar, dejando sólo
su silencio en lo oscuro.
Yo amaba su silencio,
aquel visible arcano de palabras no dichas,
tus ojos largos, hondos sin miradas,
los pulsos encendidos de tu sangre,
todo lo que ocultaba tu belleza,
van delicada y triste,
ilusión que no pudo hablarme nunca.
Retorna ahora, vuelve
desde tanta distancia,
vuelve y dime por fin lo que nunca dijiste,
lo que tal vez tan sólo era solo silencio.
[Rafael Alberti]